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Cuando se habla de herencias se hace referencia a una figura legal muy importante en la que juega un papel muy importante el derecho civil. Se trata de un instrumento de transmisión patrimonial básico en el que tarde o temprano se ven implicadas todas las personas ya que está asociado al fallecimiento de un familiar y a gestión de su patrimonio.

Conocer los trámites de una herencia, cómo se designan los herederos, y otra información relevante sobre las herencias, es fundamental para poder afrontar estos procesos de forma segura y eficiente, evitando tomar malas decisiones que puedan ocasionar pérdidas económicas y otros tipos de problemas o conflictos.

Qué es una herencia

Una herencia es la masa patrimonial que recibe una persona debido al fallecimiento de su anterior propietario. Lo habitual es que la herencia sea para un familiar o persona allegada al difunto, de ahí que la ley en España reserve un tercio de su valor total para los herederos legítimos.

La herencia está regulada en el Código Civil Español, estableciendo las normas y procesos que deben seguirse para realizar el proceso de transmisión de bienes, deberes y derechos de una persona fallecida a otra. En su artículo 659 se define como herencia al conjunto de bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen cuando una persona fallece.

Qué es el testamento

El testamento es un documento con carácter legal que puede otorgar el testario para designar los herederos y el reparto de su herencia una vez haya fallecido. Hacer un testamento no es obligatorio por lo que la ley dispone de los mecanismos y normativas necesarios para poder realizar el reparto de la herencia de forma justa y eficiente cuando el fallecido no deja un testamento con sus últimas voluntades.

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Aceptación y reparto de la herencia

Cuando una persona recibe una herencia tiene dos opciones, por un lado, puede aceptarla recibiendo todos los bienes y las deudas y cargas asociadas, y por otro lado, puede rechazarla o repudiarla quedando exento de cualquier responsabilidad relacionada con la misma.

La aceptación de la herencia implica recibir los bienes, pero también asumir todos los deberes asociados a la misma. En el caso de acogerse a la aceptación a beneficio de inventario, el heredero puede diferenciar su patrimonio de los bienes heredados para así protegerlo en el caso de que el valor de los bienes sea inferior a las deudas y cargas de la herencia.

Quiénes son los herederos en una herencia

Los herederos son las personas que reciben la herencia, bien por tratarse de herederos forzosos, o bien por estar designados en el testamento por el propio testador.

Herederos forzosos

Los herederos legitimarios o forzosos son a los que la ley reserva un tercio de la herencia (la legítima). Estos herederos son los hijos o descendientes, y si no existen, pasarán a ser los padres o ascendientes. En el caso de que tampoco existan ascendientes, será el cónyuge viudo o superviviente el heredero legítimo.

Qué es el usufructo de una herencia

El usufructo de una herencia permite al beneficiario usar un bien por un tiempo determinado sin ser el destinatario de su propiedad. Es habitual que en una herencia la vivienda habitual se deje en herencia con el usufructo para el cónyuge viudo y la nuda propiedad para los hijos.

Si no se indica lo contrario, el usufructo de una herencia tiene carácter vitalicio, es decir, hasta que el beneficiario fallezca, momento en el que el nudo propietario puede hacer uso del bien.

Actualmente solo existe el usufructo legal del cónyuge viudo, no separado legalmente o de hecho cuando se produce el fallecimiento. El usufructo que recibe dependerá del tipo de herederos existentes, recibiendo el tercio de mejora si hay hijos o descendientes, la mitad de la herencia si no hay hijos, pero sí ascendientes, o dos tercios de la herencia si no existen ni descendientes ni ascendientes.

También existe el usufructo temporal en una herencia, cuando el tiempo que el beneficiario puede disfrutar del bien está limitado en el propio testamento.

¿Donaciones padres a hijos o herencia?

Con las bonificaciones y reducciones que aplican muchas Comunidades Autónomas al Impuesto de Donaciones, es muy interesante analizar cada caso en particular para evaluar si es más rentable realizar una donación en vida de bienes de padre a hijo, o dejar esos bienes para la herencia.

El impuesto de Sucesiones es muchas veces mucho mayor que el Impuesto de Donaciones por lo que se hace atractivo realizar una donación a un hijo para ahorrar bastante dinero a la hora de liquidar los impuestos.

En qué partes se divide una herencia

La legislación española realiza una partición del valor de la herencia en tres partes iguales:

1. Tercio legítimo

Un tercio de la herencia está destinado a los herederos forzosos o legitimarios. El testador no puede disponer de este tercio que siempre irán a los herederos legítimos, a no ser que hayan sido desheredados de forma válida (cumpliendo con las posibles causas de desheredación).

A esta parte de la herencia se la conoce comúnmente como “la legítima”.

2. Tercio de mejora

El tercio de mejora también está destinado a los herederos legítimos, aunque en este caso el testador sí puede disponer de esta parte de la herencia. El uso de esta parte de la herencia suele utilizarse para premiar a uno o varios de los herederos.

3. Tercio de libre disposición

Esta parte de la herencia puede ser asignada a la persona que el testador desee, independientemente de tener o no parentesco con él. Es la parte libre que puede utilizar el testador para dejar bienes a personas que no estén entre los herederos forzosos, como un amigo, un familiar concreto, etc.

Qué impuestos se liquidan en una herencia

Después de la aceptación y reparto de la herencia los beneficiarios o herederos deben liquidar una serie de impuestos relacionados:

  • Impuesto de Sucesión. El Impuesto de Sucesiones debe liquidarse en los siguientes seis meses tras el fallecimiento, aunque puede prorrogarse otros seis meses.
  • Plusvalía. Para las herencias que incluyen bienes inmuebles con naturaleza urbana debe liquidarse la plusvalía, un impuesto municipal que gestionan los ayuntamientos, y que por lo tanto varía de forma significativa de un municipio a otro.

Impuesto de sucesiones según Comunidad Autónoma

El Impuesto de Sucesiones es un impuesto progresivo que grava los incrementos patrimoniales cuando se obtiene una herencia por parte de personas físicas. Se trata de un impuesto delegado por el Estado a la Comunidades Autónomas por lo que es habitual encontrar grandes diferencias a la hora de pagar este impuesto en diferentes autonomías.

Cada Comunidad fija las condiciones y porcentajes de este impuesto como por ejemplo:

La herencia es el instrumento que se utiliza para repartir el patrimonio del fallecido entre sus herederos. Si el fallecido dejó testamento es mucho más sencillo el proceso de aceptación y repartición de la herencia, mientras que una herencia sin testamento debe seguir los pasos que marca la ley a través del Código Civil.