¿Cómo se reparte una herencia?

Después de un fallecimiento el reparto de la herencia es un proceso habitual que puede estar guiado por un testamento o llevarse a cabo sin él. Además, cuando se reparte una herencia, puede suceder que no exista acuerdo entre los herederos legales y surja un conflicto que necesite ser resuelto.

A lo largo de este texto veremos cuándo hay que repartir una herencia, cómo se realiza este proceso y cómo se debe proceder si no existe acuerdo entre los herederos.

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Cuándo se reparte una herencia

Cuando se produce un fallecimiento se entra en un proceso en el cual los herederos legítimos tienen derecho a recibir su herencia. Una vez designados los herederos forzosos o legitimarios estos deben aceptar la herencia.

Es habitual que se confunda el hecho de aceptar la herencia con el reparto de la misma. La aceptación de la herencia y su reparto son procesos diferentes. Con la aceptación de la herencia el heredero pasa a formar parte de la misma, pero no podrá aún hacer uso de los bienes hasta que se haya repartido.

Qué es el reparto de una herencia

El reparto de una herencia es el proceso por el cual se liquidan las deudas de la herencia y se reparten los bienes entre los distintos herederos. Para poder realizar este reparto es indispensable que los herederos hayan aceptado o renunciado a su herencia.

En la mayoría de los casos la aceptación de la herencia y su reparto se suelen realizar en el mismo acto, aunque en muchos casos donde hay muchos herederos, o la herencia es muy amplia, suelen realizarse en actos diferentes.

Que ocurre antes del reparto de una herencia

Antes de que se produzca la aceptación y el reparto de una herencia es importante efectuar la liquidación de gananciales y verificar las donaciones ya recibidas por los herederos.

  • Régimen de gananciales. Este proceso se realiza si la persona fallecida estaba casada en régimen de gananciales, para determinar los bienes que corresponden al cónyuge viudo y los que pasarán a formar parte de la herencia.
  • Donaciones. Cuando el fallecido ha realizado alguna donación en vida a un heredero la ley considera que esa donación es parte de su herencia. El valor de esas donaciones se descontará de la parte de la herencia que le corresponda a ese heredero.

Tras liquidar gananciales y descontar las donaciones recibidas se podrá calcular de forma precisa el valor de la herencia o caudal hereditario, para así proceder al reparto entre los herederos.

Cómo se reparte una herencia

Una herencia se divide en tres tercios, el legítimo, el de mejora y el de libre disposición:

Tercio de la legítima

Se trata de un tercio de la herencia que está fijado por ley para los herederos forzosos o legitimarios. El testador no puede hacer uso de este tercio en el reparto.

Solo un heredero forzoso no recibiría la legítima si previamente ha sido desheredado por causa justificada y recogida en la ley.

Tercio de mejora

Esta parte de la herencia la puede utilizar el testador para beneficiar a uno o varios de los herederos legítimos. El objetivo es que el testador pueda dar un mayor beneficio a uno de los herederos que el recibido legítimamente.

Tercio de libre disposición

La tercera parte de la herencia la puede utilizar el testador según crea conveniente, y puede asignarla tanto a herederos legítimos como a otras personas (que no tienen que tener necesariamente un parentesco con el testador, como por ejemplo un amigo).

Dependiendo de cada Comunidad Autónoma el reparto de la herencia puede variar, como por ejemplo con la legítima siendo la mitad de la herencia, o incluso solo la cuarta parte.

Cómo se realiza el reparto de una herencia

Una herencia se puede repartir de tres formas diferentes:

1. A través del testamento

Se trata de la forma más sencilla y que menos conflictos genera ya que el testador otorga un testamento donde indica sus últimas voluntades en el reparto de sus bienes. Si el testamento es válido y respeta lo indicado por la ley el reparto de la herencia se hará respetando la voluntad del testador.

En el testamento, el fallecido recoge su voluntad explícita de qué bienes concede a cada heredero, facilitando todo el proceso de reparto y evitando muchos conflictos y pugnas que se producen de forma habitual en los repartos de herencias cuando varios herederos quieren el mismo bien.

Puede ser que el testador solo nombre a los herederos en el testamento, en cuyo caso serán estos los encargados de realizar el reparto (utilizando un cuaderno particional donde se recogen los datos de los herederos y lo que corresponde a cada uno de la herencia).

Qué es el legado

Cuando el testador quiere dejar un bien concreto a un heredero determinado se considera legado. En este caso el heredero designado recibe el bien señalado por el testador y el resto de la herencia se reparte entre el resto de herederos.

2. Reparto sin testamento

Si no existe un testamento por parte del fallecido deberá realizarse el reparto de la herencia entre los propios herederos legítimos. En el cuaderno particional donde se recogen los bienes que corresponden a cada heredero debe realizarse el reparto con igualdad entre todos los herederos.

Los herederos legítimos se repartirán la herencia a partes iguales cuando no exista un testamento que indique lo contrario.

3. Contador-partidor

La tercera opción para el reparto de la herencia es cuando un tercero es el encargado del reparto del caudal hereditario mediante el cuaderno particional.

Dependiendo de si hay testamento o no, el tercero designado podrá ser:

  1. Contador-partidor testamentario. Es la persona que ha designado el testador para que se encargue del proceso de reparto de la herencia.
  2. Contador-partidor dativo. Es la persona que eligen los herederos para que realice el proceso de reparto, en una herencia sin testamento.

En los casos de herencia sin testamento se puede solicitar el nombramiento del contador-partidor al notario o la Administración de Justicia.

Reparto de una herencia sin acuerdo

Cualquier heredero puede reclamar de forma judicial la división de la herencia si no está de acuerdo con el reparto, cuando no sea efectuada por un contador-partidor testamentario (que el propio testador designó).

Cuando se produce un fallecimiento es normal que la mayoría de familiares desconocen el proceder que se debe seguir para repartir su herencia. En primer lugar, es necesario aceptar la herencia por parte de todos los herederos para que pueda realizarse el reparto.

El reparto de una herencia debe realizarse según la voluntad del fallecido y que se recoge en el testamento (siempre que este testamento sea válido). En los casos donde no exista un testamento serán los propios herederos los que tendrán que realizar el reparto de los bienes siguiendo el principio de igualdad.

Es habitual que aparezca la figura del contador-partidor a la hora de repartir una herencia, bien porque el propio testador lo asignó, o por petición de los herederos para facilitar y agilizar todo el proceso de reparto.

En los casos en los que no exista acuerdo entre los herederos el reparto de la herencia puede acabar en los tribunales y ser la ley la que dirime cómo deben repartirse los bienes entre los herederos.